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CURSO TRABAJO EN EQUIPO “En equipo si es mejor”

Foto del escritor: copafgt Federico Galvis Tcopafgt Federico Galvis T

Introducción

Las personas tienen necesidades sociales y objetivos que necesitan de la concurrencia de otras personas para ser satisfechos y/o logrados. Esta es la razón de ser de los grupos humanos.

Esto mismo ocurre en las organizaciones, que están formadas por personas con sus necesidades sociales y sus metas. Por ello, en las organizaciones también existen grupos, bien sean formales (aquellos cuya estructura está determinada por la dirección de la empresa y que agrupan a personas en función de su posición en la estructura jerárquica), o grupos informales, basados en la atracción entre las personas que los forman, independientemente de la posición que ocupan en el organigrama de la empresa. Ambos tipos de grupos son necesarios para que tanto las organizaciones, como las personas que las integran, puedan lograr sus metas y objetivos.

Organizar trabajo en equipo. Los cambios sociales, económicos y tecnológicos de los últimos años han generado una nueva situación en la que las empresas tienen necesidad de hacer más con menos, con plantillas menos dimensionadas, formadas por menos empleados sustancialmente más cualificados y con mayores niveles de responsabilidad. Poder contar con los mejores efectivos humanos y saberlos orientar hacia la consecución de los objetivos globales son retos fundamentales que determinan el éxito de una organización.

En este marco, el trabajo en equipo es una de las respuestas al reto de la productividad. La cohesión de los equipos de trabajo, el fomento del espíritu cooperativo, la identificación de las personas con los objetivos de la empresa y la comunión de intereses y esfuerzos hacia el fin común son aspectos fundamentales sobre los que trabajar para cimentar el éxito o el fracaso.

Objetivo

Fomentar la solidaridad en el colectivo con el fin de constituir un equipo fuerte de trabajo mediante objetivos comunes y obteniendo así un mayor beneficio para ambas partes.

Beneficios

Conocer la importancia del trabajo en equipo y los roles que cada quien juega en el mismo.

Adquirir las habilidades y mejora en actitud que le ayudarán a integrarse a un equipo.

Lograr un alto desempeño en las actividades y giros de los que un equipo forma parte.

El significado de trabajar en equipo

Un grupo de personas que persigue un objetivo definido y están de acuerdo con él; que buscan la forma más eficiente de coordinarse para conseguirlo con la participación de todos y se ayuden entre sí.

Un número pequeño de personas con habilidades complementarias que están comprometidas con un propósito común, con metas de desempeño y con una propuesta por la que se consideran mutuamente responsables.

En este equipo las palabras más importantes son:

Unión, Coordinación, Solidaridad, Comunicación, Participación, Resultados.

El trabajar en equipo nos ahorra tiempo y esfuerzo, nos hace más eficientes y esto es su principal beneficio ya que ...

“La unión hace la fuerza”

Etapas de Desarrollo de un equipo

Afiliación: En esta etapa de los miembros tratan de conocerse e integrarse mediante un proceso de información inicial que llevan a cabo los integrantes del equipo. En ese periodo de aprendizaje los miembros se conocen entre sí, empiezan a comprender el tamaño del problema que se les plantea, implementan las reglas y objetivos como equipo y comienzan a compartir los valores en los que el grupo se sustentará, aunque aún no existe en los integrantes la nitidez adecuada en los valores y objetivos.

Realización: se alcanza la mayor productividad. Mayor productividad es tener mayores resultados con los mismos o menores recursos. En el equipo en esta etapa predominan los objetivos del mismo, se amplía la comunicación y la cooperación ya los miembros conocen y manejan las reglas y los valores son compartidos, así como la información. Se incrementa el sentimiento de pertenencia al grupo. Se aplica un método común, se aprovechan las habilidades y el talento de los integrantes para solucionar los problemas.

Madurez: Los miembros han interiorizado los objetivos y los han hecho parte de sus propios intereses y actúan de manera interdependiente. La actuación de esta manera se realiza colaborando con el grupo y con la colaboración de éste. Los miembros trabajan con elevada creatividad y responden conscientemente a la solución problemas o al aprovechamiento de las oportunidades. Los objetivos se logran con decisiones lógicas, adecuadas y coherentes. Elevada confianza entre los integrantes del grupo permite que no se manifiesten contradicciones antagónicas entre los grupos formales y los informales.

Poder: Los integrantes confían en la capacidad de superar obstáculos por lo que comparten información y conocimientos y se ayudan unos a otros.

Clasificación de Los grupos en el trabajo

Grupo: Asociación de dos o más personas que tienen objetivos comunes, que se perciben como grupo y mantienen una estructura relativamente estable.

Tipos de grupos:

Formales: son creados por la empresa y diseñados intencionalmente para dirigir a sus miembros hacia el objetivo organizacional importante y definido. Por ejemplo: grupos de tarea.

Informales: son desarrollados al interior de la empresa de manera natural, sin ninguna dirección de algún área operacional. Por ejemplo: grupos de empleados.

Necesidades Humanas

Escala de necesidades humanas (Maslow):

Fisiológicas

Seguridad

Afiliación

Estimación

Autorealización

Trascendencia

Factores motivacionales (Herzberg):

Higiénicos: Políticas de la empresa, salarios, seguridad en el trabajo, condiciones de trabajo.

Motivadores: Logro, reconocimiento, progreso, responsabilidad, trabajo interesante.

Origen de los grupos en el trabajo

Seguridad: Son proveedores de protección contra un riesgo común.

Beneficios mutuos: Se trabaja hacia la obtención de objetivos y beneficios compartidos.

El ser sociable: Satisface la necesidad básica de estar con otros.

Autoestima: Facilita la oportunidad de sentirse bien con sus logros.

Autointerés: Compartir intereses mutuos.

Proximidad: Contacto físico o descubrir aspectos comunes.

Tipos de participantes en los grupos

1. El belicoso o agresivo: Excita la discusión acalorada y la pelea. No lo contradiga, tenga calma, impida que monopolice la discusión.

2. El receptivo y positivo: Da mayores auxilios a la discusión; es un buen recurso de ayuda, permítale hablar muchas veces. Haga uso de sus conocimientos y sus experiencias para ayuda del grupo y del tema de discusión.

3. El sabelotodo: Déjelo por cuenta del grupo, ellos lo controlarán.

4. El hablador: Interrúmpalo con tacto y limítele el tiempo de hablar. Trate de desviar su conversación.

5. El tímido: Hágale preguntas de interés para él y fáciles de contestar. Trate de que aumente la confianza en sí mismo, cuando le sea posible, elogie su contribución a la discusión.

6. El negativista: No coopera ni acepta lo que dicen los demás. Explore su ambición, dele reconocimiento a éste y use su experiencia y sus conocimientos para que lo estimule a cambiar de actitud.

7. El desinteresado: Diríjale preguntas sobre sus ideas, actividades y opiniones sobre la discusión. Reconozca sus motivos y trate de desviarlo de su actitud.

8. El apático (desdeñoso): No le dé importancia a nada de lo que discute, todo lo ve con desprecio. No lo critique, si no consigue su participación continúe con su técnica sin darle mayor importancia.

9. El preguntón persistente: Trata de desconcentrar al líder y al grupo. Dirija sus preguntas al grupo para que ellos lo dominen, si trata de desviarse del tema dele una sola oportunidad y con tacto hágalo comprender la importancia de economizar tiempo en la discusión.

Beneficios de Trabajar en Equipo

1. Aumenta la productividad y la comunicación en la empresa

Trabajar en pos de un objetivo común conlleva una comunicación fluida y constante con la que compartir ideas y opiniones, así como para resolver problemas o conflictos. Además, es inevitable que la energía positiva se contagie y que la motivación crezca, pues la colaboración con otras personas aporta bienestar y la satisfacción de trabajar hacia un mismo destino. Todo ello, inevitablemente, implica una mejora del rendimiento y, por tanto, un aumento de la productividad.

2. Se reparten las tareas y la carga de trabajo

Una excesiva carga de trabajo puede hacernos caer en un estrés que no nos permitirá realizar bien nuestro trabajo. Tener la sensación de no llegar a todo, o encargarnos de tareas que no se nos da tan bien, no nos permite focalizarnos en el objetivo. Sin embargo, compartir las preocupaciones, dividir el trabajo e ir logrando los objetivos uno tras otro nos permite trabajar con más ligereza, desglosar las tareas y enfocarnos en la actividad a llevar a cabo.

3. Mejora las capacidades individuales de los integrantes

Una buena coordinación con el resto del equipo en la que se tienen en cuenta las fortalezas de cada uno de los miembros permite que cada persona aporte lo mejor de sí misma. De esta manera, un buen equipo trabaja en común por un objetivo y nutriéndose de lo mejor de cada integrante. Además, posibilita un aprendizaje mutuo y una motivación compartida.

Desventajas de Trabajar en Equipo

1. No todas las personas son capaces de trabajar en equipo

Un equipo trabaja bien cuando todos sus miembros lo hacen en común, valorando cada opinión y sin intención de llevar siempre la razón. Sin embargo, hay personas cuyo (mal) liderazgo o egocentrismo no les permite escuchar a los demás o dejar de imponer su criterio. En estos casos, cuando alguien no es capaz de trabajar en equipo, el conflicto está servido y entonces es difícil que el grupo produzca y trabaje bien.

2. Falta de organización y discusiones

El reparto de tareas según las aptitudes de los integrantes del grupo puede fomentar una buena fluidez del trabajo, pero ¿y si unos trabajan más que otros?, ¿y si la división no es equitativa?, ¿y si uno se queda siempre con la tarea menos pesada? Esto puede dar lugar a discusiones o, lo que es peor, a una falta de comunicación. Entonces, trabajar en equipo no resultará liviano ni se fundamentará en un reparto equitativo de la carga.

3. Se pierde la individualidad

La otra cara de la moneda en cuanto al desarrollo de las aptitudes personales es que puede perderse esa individualidad y esencia únicas. Sobre todo, si se trabaja con líderes que no permiten una libertad creativa y personal, se puede caer en una pérdida de la personalidad frente a lo que el grupo establezca.

Características para trabajar en equipo

Un trabajo en equipo eficiente, se consigue equilibrando lo que se conoce como las 5 “C”:

Complementariedad.

Comunicación.

Coordinación.

Confianza.

Compromiso.

Habilidades para trabajar en equipo

1.Cuidado y ampliación de la autoimagen como pilar para el desarrollo personal a partir del cocimiento propio y externo.

2. Enfocar en comportamiento y no la personalidad para pasar de culpables al análisis del problema con hechos y datos y de esta manera cuantificar, especificar y no calificar.

3. Reforzar los comportamientos positivos con el objetivo de aumentar la frecuencia de repetición de los logros personales y Organizacionales, claves para el mejoramiento continuo.

4. Dar razones para que la gente “se mueva” involucra la presentación y explicación de los beneficios la acción a realizar.

5. Involucrar al empleado en la solución de los problemas solo con empoderamiento, educación y confianza se logra un trabajo de equipo.

6. Escucha empática, es decir en escuchar en tres pasos: primero percibir la situación, segundo influenciar el estado actual y tercero establecer el control de la situación.

7. Saber colocar metas consiste aprender el juego de la relación que existe entre la necesidad y los recursos disponibles y el sentido que tengan las metas.

Características de un equipo de trabajo exitoso

1. Clima de cooperación

La esencia del trabajo en grupo es la cooperación. En un equipo de trabajo exitoso, cada uno de los miembros sabe muy bien cuál es su rol y saca a relucir sus fortalezas, pero también colabora y se interesa por aquello que hacen los demás. Con una adecuada división de las tareas y una buena coordinación se optimizan los conocimientos y habilidades del equipo en su conjunto.

2. Visualización de las metas comunes

Los equipos se crean para alcanzar objetivos comunes. Así pues, la misión de la empresa está siempre en la mente de un equipo de trabajo exitoso, que actuará en bloque para completar las tareas que conduzcan a la consecución de dichas metas. Eso no implica que no se puedan tener opiniones o puntos de vista diferentes sobre lo que es mejor para el grupo, pero sí que todos deben compartir el mismo compromiso.

3. Actitud Participativa

Partiendo de la base de que todo el mundo es igual de necesario en un equipo, todos los miembros deben mostrarse proactivos en la creación de soluciones y deben estar dispuestos a verter esfuerzos en las tareas que se les asignan. Los equipos de alto rendimiento cuentan con la igual participación de todos y no crean jerarquías de importancia sino puramente organizativas.

4. Comunicación abierta

La comunicación abierta imprime parte del carácter de un equipo de trabajo de éxito. En un entorno comunicativo, las personas están siempre dispuestas a pedir y a recibir información, así como a respetar las opiniones de los demás y tenerlas en cuenta. Los conflictos se tratan cara a cara y con actitud dialogante, pensando siempre en el bien común.

5. Reconocimiento mutuo

El reconocimiento no tiene por qué venir siempre de los líderes o altos cargos. Un equipo eficiente se retroalimenta a sí mismo en cuanto que sus miembros reconocen y aprecian el trabajo de los compañeros con regularidad. Cuando todos son conscientes de que su esfuerzo es valorado por los demás, se genera un círculo de reciprocidad que mejora la productividad y permite que se inspiren unos a otros.

6. Seguridad psicológica

La seguridad psicológica es la libertad de asumir riesgos en un equipo sin que sus miembros se sientan inseguros o avergonzados. Los grupos más exitosos son aquellos en que sus miembros no tienen tapujos a la hora de hacer preguntas y se muestran proactivos a la hora de hacer propuestas sin ser juzgados por los demás.

7. Liderazgo estimulante

Nunca verás un equipo que funcione eficazmente sin un líder ejemplar e inspirador. El líder es quien más debe cuidar aspectos como la puntualidad, las normas, la formación y el interés por el trabajo. También debe liderar de forma humilde y siempre abierta a comentarios y críticas. Un buen líder permite y fomenta el desarrollo de su equipo y no tiene miedo a delegar y dar confianza a su gente.

8. Creatividad

Cabe decir, aunque parezca obvio, que el uso eficiente de las ideas es también una garantía de éxito. Un equipo capaz de generar respuestas inteligentes e ingeniosas a los problemas es un equipo capaz de enfrentarse a cualquier reto. La creatividad debe fomentarse y también premiarse.

Estrategias para un trabajo en equipo efectivo

El trabajo en equipo estimula la creatividad, suma talentos, aumenta la motivación y satisfacción de los colaboradores.

Una empresa debe preparar el terreno para que se dé un ambiente positivo entre los miembros de equipo, que favorezca la comunicación, compromiso y confianza haciendo que el trabajo fluya de la mejor manera.

1. Elegir un equipo adecuado y diverso

Cada persona posee distintas fortalezas y debilidades, por lo mismo, un equipo se debería conformar por colaboradores que se complementen.

Para la asignación de tareas se tomará en cuenta no solo las habilidades, también los rasgos del temperamento. Con un equipo diverso cada integrante aporta ideas, habilidades, experiencias y conocimientos que abarcan un espectro muy amplio, favoreciendo una toma de decisiones más rica.

2. Promover un ambiente de colaboración

El equipo debe visualizarse como un todo, olvidarse de protagonismos y trabajar en pro de objetivos comunes. Para fomentar el trabajo conjunto se deben establecer principios que los identifiquen como unidad.

Tener reglas muy claras desde un principio que se refieran a las responsabilidades y derechos de cada individuo dentro del equipo, sus funciones y tareas, tiempos de entrega, metodología del trabajo, etc.

3. Mantener una comunicación abierta con el equipo

La comunicación y retroalimentación es esencial para alcanzar cualquier objetivo. Se debe llevar un registro e informar a todos los miembros sobre los avances diarios.

Con las nuevas tecnologías resulta muy sencillo tener una comunicación ágil para informar en tiempo real cualquier asunto que requiera de atención inmediata: modificaciones al proyecto, detección de fallas, imprevistos, conflictos internos, incluso felicitaciones por un buen resultado.

4. Generar confianza

La confianza se irá generando con el tiempo, conforme se desarrollen proyectos y se cumplan metas. En un principio es importante motivar al equipo a confiar en las capacidades de los demás, dando la oportunidad a todos los integrantes de realizar su trabajo y participar.

Lo más valioso que puede desarrollar un equipo y que favorece como ninguna otra cosa la productividad es la confianza y el respeto.

5. Fomentar el sentido de pertenencia

El sentido de pertenencia es esencial para lograr un compromiso real con el proyecto, tomando los éxitos de la empresa como suyos.

Los colaboradores logran un sentido de identidad cuando se sienten satisfechos porque su trabajo es valorado. Un equipo fiel trabaja con interés, responsabilidad y, por consiguiente, aumenta la productividad laboral.

No solo los éxitos son compartidos, también los fracasos, lo que eleva el nivel de satisfacción general y disminuye el estrés.

Cuando un equipo no funciona correctamente, es porque algún punto de los antes mencionados está fallando. Entonces, es momento de detenerse y analizar en dónde se ubica el problema: falta comunicación, distribución de roles inadecuado, no se ha creado un sentimiento de compromiso lo suficientemente fuerte.

Se debe estar atento ante cualquier señal de conflicto, generar un diagnóstico y definir un plan de acción que solucione el problema.

Introducción del equipo en la empresa

Los equipos de trabajo pueden plantear problemas de encaje dentro de la organización.

Las empresas están organizadas en niveles jerárquicos, con estructuras muy definidas y con áreas de trabajo compartamentalizadas. Los equipos de trabajo rompen con estas estructuras jerárquicas.

En el equipo participan miembros de áreas diversas que reportan por tanto a jefes diferentes pero que dentro del equipo se ponen bajo el mando de un mismo coordinador.

Por otra parte, en el desarrollo del proyecto el equipo puede realizar tareas que afectan a áreas diferentes y que en teoría corresponderían a distintos departamentos de la organización.

Es frecuente también que los miembros del equipo tengan que compaginar su presencia en el mismo con su trabajo habitual, lo que puede originar problemas de coordinación.

El líder del equipo procede de un área determinada de la empresa lo que puede generar celos departamentales ya que se pone al frente de personas de otras unidades.

Por otra parte, en muchas empresas sigue prevaleciendo el trabajo individual, donde el equipo de trabajo no deja de ser algo novedoso en lo que no tienen experiencia y de lo que inicialmente desconfían.

Algunos directivos llegan a pensar que estos equipos suponen una pérdida de tiempo. "Siempre hemos funcionado así y nos ha ido bien, ¿por qué cambiar?". Por ello, hay que evitar a toda costa que el equipo se desarrolle como algo ajeno a la organización, algo exótico, diferente.

El equipo debe desarrollar una buena comunicación con el resto de la empresa, integrarse en la misma y no quedar como un mundo aparte.

Además, algunos directivos pueden ver en los equipos de trabajo una amenaza a su posición: invaden sus áreas de competencia, emplean a miembros de sus departamentos, etc.

Por ello, pueden tratar de boicotearlos o al menos, no prestarles el apoyo necesario.

Puede que no se trate de un rechazo directo evidente, pero sí de un enfrentamiento silencioso, sutil, que puede resultar muy dañino (no facilitándole la información necesaria, no dándole el apoyo necesario, etc.).

Todo lo anterior explica que en muchas empresas los equipos de trabajo no cuenten de entrada con la simpatía de parte de la organización, lo que exige que se les apoye desde la dirección, si no es posible que se queden empantanados ante la hostilidad o vacío que encuentran.

La introducción del equipo de trabajo en la empresa debe contar con un apoyo visible de los niveles superiores.

Que todo el mundo tenga claro que no son el resultado del capricho de un jefe cualquiera, sino que responden a una nueva visión de la organización del trabajo dentro de la empresa.

Estos apoyos de los niveles superiores permiten que el resto de la plantilla se convenza de que hay que apoyarlos, que no pueden boicotear su labor.

Para evitar posibles malentendidos la dirección debe fijar claramente el cometido del equipo y su ámbito de actuación (para evitar que ningún departamento se sienta invadido en sus competencias). Todo ello se debe comunicar tanto al propio equipo como al resto de la organización.

Por otra parte, si la organización desarrolla y fomenta el trabajo en equipo debe tener en cuenta esta realidad en aspectos tales como la evaluación del empleado y la política de incentivos.

En ambos casos no se podrán basar únicamente en el trabajo individual, sino que también tendrán que tener en cuenta el desempeño del equipo en el que participa. Además, la formación que se brinde al empleado tendrá que considerar este nuevo método de trabajo.

Habrá que enseñar a los empleados a trabajar en equipo, con las diferencias que ello comporta respecto al trabajo individual.

Delegación de competencias

Cuando se constituye un equipo de trabajo se produce una doble delegación de competencias:

Por una parte, la organización delega en el equipo una serie de funciones, concediéndole más o menos autonomía para desarrollar su trabajo.

Por otra parte, dentro del equipo también se produce una delegación de competencias a favor de sus miembros, para que éstos realicen su actividad.

En relación con el primer nivel de delegación (de la organización al equipo de trabajo) esta delegación debe ser suficientemente amplia.

La organización fija los objetivos a alcanzar, pero debe dar rienda suelta al equipo para que organice su trabajo como considere conveniente y para que tome sus propias decisiones, asumiendo responsabilidades.

Los miembros del equipo son los que mejor conocen la tarea a realizar (son los expertos) y los que mejor saben cómo deben organizarse.

Sólo un equipo al que se le deje margen de maniobra será capaz de involucrarse en su trabajo y realizarlo de una manera eficiente.

Delegar en el equipo es darle un voto de confianza. Si la organización no delega el equipo tendrá las manos atadas y no podrá cumplir su misión.

En cuanto al segundo nivel de delegación (dentro del equipo), ésta se produce cuando el jefe del equipo, responsable del proyecto, delega parte de sus facultades en sus colaboradores.

Los miembros del equipo darán lo mejor de sí cuando se sientan valorados profesionalmente y el darles capacidad de decisión (aunque limitada) es una prueba de ello.

Por otra parte, si se quiere que el equipo funcione con agilidad es necesario delegar en los colaboradores, que éstos puedan tomar decisiones sobre la marcha, sin tener que consultar permanentemente al jefe.

La delegación conlleva asumir la responsabilidad de la decisión tomada.

Aquellos temas de mayor trascendencia serán los que se deban consultar con el jefe o los que se debatan en comité.

En toda delegación es fundamental establecer claramente los límites de la misma para evitar que se puedan sobrepasar (arrogándose unas facultades que no se hayan concedido) o dejar de atender unos cometidos que en cambio sí han sido delegados.

Por otra parte, quien delega (ya sea la organización, ya sea el jefe del equipo) tendrá que asegurarse previamente de que quien recibe la delegación cuenta con la preparación necesaria para hacer un buen uso de la misma.

La delegación no exime a quien la concede de responder del buen uso que se haga de ella. Quien delega no queda al margen de las decisiones que tome la persona en quien se ha delegado.

Evaluación del equipo

La organización debe evaluar con regularidad el rendimiento del equipo de trabajo.

La evaluación no va dirigida únicamente a premiar o castigar, sino especialmente a detectar posibles deficiencias y poder tomar las medidas correctoras oportunas.

Además, esto permite al equipo tener cierta idea de cómo percibe la organización su desempeño.

Cuando se constituye un equipo la dirección de la empresa debe dejar muy claro cuáles son los criterios que va a considerar a la hora de evaluarlo. De esta manera se consigue que el equipo sepa a qué atenerse y se evitan posibles malos entendidos.

El evaluador no se debe limitar a comunicar el resultado de su evaluación, sino que debe reunirse con el jefe del equipo y explicarle el porqué de la misma.

Entre ambos acordarán un programa de posibles mejoras a introducir en el grupo y fijarán un sistema de seguimiento.

No obstante, esta evaluación no va dirigida exclusivamente al jefe del equipo, sino que éste debe compartir los resultados de la misma con el resto de colaboradores.

El resultado de esta evaluación será tenido en cuenta a la hora de fijar una gratificación extraordinaria para el equipo.

Por otra parte, dentro del equipo el jefe deberá evaluar el rendimiento de sus colaboradores.

Este resultado será tenido en cuenta a la hora de repartir entre los distintos miembros la gratificación otorgada al equipo.

Aunque el trabajo en equipo sea básicamente colectivo es necesario discriminar, teniendo en cuenta la diferente implicación de sus miembros.

No resulta justo tratar a todos por igual.

No obstante, esta diferenciación debe estar muy meditada y ser tremendamente justa con el fin de evitar posibles polémicas.

Si esta diferenciación resulta caprichosa, poco motivada, influida por amiguismos, etc., la unidad del grupo puede quedar definitivamente tocada.

Conclusión del curso

El trabajo en equipo, es una de las condiciones que se requieren para ser un buen profesional y desempeñarse en cualquier trabajo, además esta nos permite convivir y tener mayor convivencia con las personas de nuestro alrededor pues esta permite escuchar las ideas de los demás, aceptar, apoyarlas y llevarlas a cabo. Además, en el trabajo en equipo permite fijarse metas, en las cuales todos los miembros del equipo deben participar para alcanzarlas. Por otro lado, es fundamental los diversos roles que desempeñe cada uno y la responsabilidad que cada uno toma, pues de ellos depende la coordinación y/o asignación de las tareas, además de que esto permite tener claro el objetivo. Sin embargo, cada uno de los miembros del equipo, aporta sus habilidades y destrezas para colaborar en alcanzar la meta. Además, este debe ser respetuoso, animar al compañero, aceptar las opiniones de los demás y realizar preguntas si es necesario.

El ser humano es un ser social que por naturaleza se encuentra rodeado de otros seres humanos, los cuales de alguna manera conforman su entidad, tanto en su hogar, escuela y/o trabajo. De la misma manera, en algunas ocasiones, y sobre todo en el desempeño laboral, se ven en la necesidad de compartir actividades para el cumplimiento de metas y objetivos.

El trabajo en equipo no es simplemente la suma de aportaciones individuales, sino que implica un grupo de personas trabajando de manera coordinada en la ejecución de un proyecto. Por último, es importante señalar que todo ser humano, en algún momento de su desarrollo profesional se verá enfrentado a esta modalidad de trabajo, para la cual debe estar preparado y capacitado.


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